Como ya estamos casi en verano hoy os voy a hablar de las lentes espejadas, espejadas polarizadas o no, las primeras lentes espejadas aparecieron en los años 40, siendo un complemento de la moda en dicha década, era realmente divertido ver el mundo sin ser vistos… y en los años 70 se empezaron a utilizar en el mundo del deporte. Las lentes espejadas poseen una capa de tratamiento reflectante en la cara externa que les permite reflejar el entorno y la luz, protegiendo así a los ojos del exceso de luminosidad de la luz directa y de los reflejos que se producen en superficies como el agua, la arena, la nieve o el asfalto. El tratamiento reflejante puede bloquear entre el 10 y el 60% de la cantidad de luz. Los espejados muy fuertes pueden alterar los colores y oscurecer demasiado la visión.
La gran pregunta que muchos de vosotros me hacéis, ¿se pueden graduar? la respuesta es si. Hoy en día casi todo se puede graduar, la cuestión es si merece la pena pagar el dinero que cuesta o no… Es como si a una lente solar que ya cuesta (x), yo le sumo un tratamiento AR (y), un tratamiento polarizado (z), y el espejado (k), obviamente seria: x+y+z+k, nos podemos imaginar el precio, la explicación es que son lentes de fabricación especial que tardan un tiempo y un coste en hacerse, por lo tanto el laboratorio las tiene que cobrar y nosotros al cliente.
Yo opino que si, que merece la pena, bajo mi opinión personal, aunque he de decir que hay que ser muy cuidadoso con dichas lentes ya que al limpiarse de cualquier manera se arañan muy fácilmente, no dejan de ser lentes orgánicas.
Sumamos una gran visión de la lente polarizada, ya explicado en otro apartado, con el poder reflectante del espejado, ideales para hacer deporte, conducir, e ir a la moda.